viernes, diciembre 14, 2007

La Apuesta Que Perdì Al Escuchar Tu Voz

Me apostaron que esa película
tarde que temprano me haría llorar.
Acepté el reto sabiendo que podía ganar,
pues en todo caso me podría aguantar.

No dejaba de mirarme en cada escena
triste, dolorosa, difícil o sentimental.
Yo le regresaba la mirada sin pestañear,
le sonreía retadoramente sin titubear.

La historia era buena, tanto que me adentré
al punto de sentirme solo ahí sin nadie,
disfrutando de la película en mi propio cine
en casa, disfrutando de un aromático café.

Olvidé la apuesta, tiempo y espacio.
Antes que pensar en soltar lágrima
comencé a reír en algunas buenas escenas
y juro que escuché a mi lado tu sonrisa singular.

Regresé a un espacio, pero no al real.
Regresé al tiempo, pero no era lineal.
En fracción de segundos te recordé en mi vida
e imaginé fuertemente tenerte por la eternidad.

Aquello me sacó lágrimas desde el corazón
coincidiendo con el desenlace de la película.
Vive pensando que ha ganado limpiamente,
cuando perdí por no poder sacarte de mi mente.

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